Lluvia de Premios!

Una de las mejores cosas que están pasando hoy en día en relación al Teatro, es la literal LLUVIA DE PREMIOS.

Es muy satisfactorio ver como surgen cada vez nuevos incentivos para el Arte Teatral, así como Festivales de diferente tipo. Esto está creando una competencia para demostrar quien es mejor organizando estos eventos, pues cada año son mejores, lo que favorece a la actividad.

Ya la gente que participa en Teatro no reduce sus ilusiones en recibir un ACE, o al menos una Nominación de estos prestigiosos Premios; hoy tiene chance de ser nominado y/o premiado con los ATI y los LATA, a más de los HOLA Award que ahora expanden sus premios a más y nuevas categorías. 

Hoy podemos ver que las nominaciones abarcan gran cantidad de personas y rubros teatrales, cosa que antes no sucedía pues se nominaban TERNAS (de tres personas o rubros, como lo especifica el diccionario de la lengua española: "Grupo de tres personas..."). Hemos llegado a ver hasta ONCE nominados en un mismo aparte, con lo cual ya se complace el ego de más personas. Y lo más llamativo: ahora se nominan elencos completos de las diferentes obras presentadas, así nadie queda excluído de ser considerado entre lo mejor del año.

Festivales hay para todos los gustos: de monólogos a obras con varios personajes; de micro teatro a extensas y convencionales obras; duos; de drama a comedia; de autores específicos internacionales a nacionales de un país determinado; en fin, nadie se puede quejar de que "hace teatro" y no tiene posibilidades de ser nominado.

Ahora bien. Si por un lado es beneficiosa la proliferación de festivales y premios de amplio espectro, también es verdad que se incentiva lo mediocre al nominar o premiar a "todo el mundo", muchas veces por amiguismo o compromiso, otras por motivos económicos (a más nominados, mayor cantidad de gente en la ceremonia de premiación que normalmente es con entrada pagada). Y de otro lado, se engaña a personas con poca o ninguna calidad, quienes se convencen que ya son el non plus ultra del Teatro.

En fin, que vivimos una época en que cada quien tiene total derecho a hacer las cosas a su manera, como a bien tenga, siempre que no se caiga en lo anti ético. Que los jurados calificadores actúen correctamente, apreciando las verdaderas virtudes de actores, directores, dramaturgos, técnicos en general. No porque fulanito "es lindo" o menganita "es preciosa", o peor aún, "a este no lo nomino (o premio) porque me cae mal".

De cualquier manera, el Teatro seguirá adelante con o sin premios, con o sin festivales; quien ama verdaderamente este maravilloso Arte, lo seguirá practicando con esfuerzo y sacrificio pero con buen gusto y calidad, recibiendo el mejor de los premios: el aplauso del público conocedor, supremo juez de lo que está muy bien, bien, regular o mal hecho.

IVAN

Foto original de Walter Ventosilla en una entrega de Premios ACE.