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Nuestros 30s

Los días transcurrieron sin grandes sorpresas, pero cada vez mejores en cuanto a coincidir en nuestros objetivos, en nuestra forma de pensar, en el desarrollo de una hermosa relación de pareja. Había amor, sin duda. Nos comprendíamos muy bien y estábamos cada vez más seguros del rumbo a tomar nuestras vidas.

Así pues, en los últimos días de Octubre, empezamos a planificar nuestro Matrimonio. Decidimos que el Civil sería el próximo mes de Noviembre en Guayaquil, a finales del mes, y el Eclesiástico a inicios de Diciembre en Portoviejo, la tierra de mi Reina y donde reside casi toda su familia.

Informamos así a su mamá y hermanas para que hagan los preparativos de rigor, mientras en Guayaquil hacíamos lo propio y participábamos del acontecimiento a familiares y amigos, especialmente a la gente de Teatro con la que yo estaba vinculado, y a las colegas gineco-obstetras de Nilita y otras amistades.

Los días se nos hacían cortos para hacer todo lo que había que hacer, y muy largos en la espera del gran día. Teníamos mucha ilusión porque se haga realidad lo planificado!

 Debíamos, además, cumplir con nuestras responsabilidades personales. Nili en su Consultorio Ginecológico atendiendo a sus muchas pacientes, y yo con las tres compañías de Teatro en las que actuaba en esos días. En los momentos libres salíamos de compras o simplemente a pasear, y muchas noches la invitaba al Teatro Candilejas a que disfrute de las divertidas comedias que presentábamos. Su risa alegre y contagiosa se hizo famosa entre los colegas del medio, y por poco la nombran algo así como la "contagiadora oficial de risa para el resto del público". 

No cabía duda: éramos felices y estábamos sentando las bases para un gran futuro, interminable y próspero, lleno de amor y comprensión. Tal parece que habíamos encontrado cada quien la pareja esperada.

Nilita se ganó rápidamente el cariño de la gente de Teatro, principalmente de Cecill Villar y su esposo Enrique Pacheco, de Mónica Gilly, la familia Varela-Villar, Manolo Sabatini y Gloria Soto, su esposa, el "chino" Franco Galecio y tanta gente querida del medio que aprendieron a apreciar la dulce personalidad de Nilita, la futura esposa de Ivan.

ANECDOTA

Una noche, finalizando actuaciones en el Candilejas, con el bolsillo lleno de billetes pues era día de pago, (llevaba mi semanal de las tres compañías), llegué a la esquina de Avenida Quito y Luque a esperar el bus que me llevaría a casa. De pronto, dos individuos armados de tremendos cuchillos, me agarraron por el cuello con el conocido "chino" que casi me ahoga, y me sacaron hasta el útimo centavo de los bolsillos y, tras darme un empellón que me tiró al piso, se marcharon muy campantes. Pueden imaginar el estado en que quedé! Y ese dinero estaba destinado a pagar los anillos de boda que ya estaba haciéndolos el buen amigo Miguel Salcedo, uno de los mejores Joyeros de Ecuador!

La "suerte" que había separado un billete de 100 sucres para pagar el bus y lo tenía en la mano. Si no, asaltado, adolorido, "chiro" y cabreado, hubiera tenido que caminar no sé cuántos kilómetros a casa!

New York, Octubre 31 de 2020

IVAN