miércoles, 25 de noviembre de 2020

30 Años!

 Lunes, 26 de Noviembre de 1990, Guayaquil, Ecuador. Oficinas del Registro Civil, sur de la ciudad. Grupo de amigos y familiares. Los contrayentes. Risas, bromas, anécdotas. Algo de nerviosismo y la espera de ser llamados por el encargado de la ceremonia civil. Medio día.

Llega el momento esperado. Llaman a los contrayentes por sus nombres y los invitan a pasar a una pequeña sala con un escritorio y un amable joven atrás de aquél.

Da lectura formal al Acta mediante la cual la pareja acepta y promete unirse ante la ley de los hombres y formar un hogar estable y con el respeto mútuo, amor y responsabilidad que ésto conlleva.

Pide a los contrayentes firmar el Acta Matrimonial, acción que realizan entre aplausos de los testigos y amigos presentes, sin que falte la consabida broma del "Chino" Galecio: 

"Arrepiénte, Ivancito. No firmes... no firmes. Estás a tiempo de arrepentirte". Risas, más bromas, y hasta el celebrante se ríe de buena gana.

Los Novios firman el Acta muy contentos, entre aplausos y "vivas" de los presentes.

Pero... quiénes eran todos ellos?

La Novia, Nila Murillo Farfán, Nilita.

Testigo, Rodrigo Rodríguez Carrera, "Flaco".

Representante de la Familia, Myrna Murillo Farfán.

El Novio, Leonardo Argudo Macías, Ivan.

Testigo, José Vicente Galecio Franco, "Chino".

Representante de la Familia, Gastón Sotomayor Macías.

Fué algo íntimo. Después de la ceremonia partimos en la camioneta de Gastón hacia el centro de Guayaquil, concretamente al Restaurant chino "Mayflower", de mucho prestigio en la ciudad. Se sirvió un Bufete que fué del agrado de todos, se brindó por la felicidad de los recién casados, se charló animadamente en medio de bromas y la alegría de todos.

Capítulo aparte merecen los testigos. Ah! Es que no se iban a librar por ser los "culpables" directos de esta unión. Así que los comprometimos designándolos nuestros testigos. Y como se sabían responsables de todo, tuvieron que aceptar. Quienes leyeron entradas anteriores recordarán cómo fué que nos conocimos Nilita y yo aquél 25 de Julio en la Explanada de la Facultad de Arquitectura. Así que el "Flaco" Rodrigo y el "Chino" Galecio tenían que "pagar" su culpabilidad. Y pagaron!

No, mentira. Son dos seres que amamos mucho y a quienes agradecemos muy de veras por haber hecho posible conocernos, enamorarnos y casarnos, formando nuestro Hogar que justamente hoy llega a los 30 años; que hemos disfrutado mucho cuando fué posible; que hemos sufrido tanto los reveses que nos golpearon con el feriado bancario y otras circunstancias; que pasamos los momentos más duros y dolorosos cuando Nili fué internada en el Hospital Mount Sinai con un gravísimo problema hepático, necesitando urgentemente un trasplante; que hemos sido felices a nuestra manera con amor, paciencia y comprensión. Que nunca nos hemos quebrado, que jamás hemos tenido una discusión y menos una pelea, que nos hemos levantado con dignidad y valor. Que no sabemos cuántos años más vamos a estar juntos físicamente, porque lo nuestro espiritualmente es para la eternidad.

Así que Rodrigo y Franco, ustedes son parte muy importante de nuestras vidas. Gracias, queridos!

Lo último por el momento. Publico esta entrada sin fotos? Pero, cómo? Por qué?

Ay gente! Porque a nadie se le ocurrió llevar una cámara fotográfica al acontecimiento! Y claro, como entonces los primitivos celulares que existían a duras penas comunicaban; parecían un ladrillo y por supuesto no tenían cámara como los de hoy, a más de que costaban medio ojo de la cara.

Esa fué la razón. 

New York, Noviembre 26 de 2020

IVAN



domingo, 22 de noviembre de 2020

Mi vieja.


 De familia longeva. Muy raro ha sido el miembro de la familia que no haya llegado a los 90 años de vida. Mi madre, Mary Hermelinda Macías Ramírez, nació en Vinces, Los Ríos, Ecuador, un 22 de Marzo de 1914. Hija del matrimonio entre Octavio Macías de la Serna y Petita Ramírez Olvera. El, joven ciudadano Español que había migrado a Ecuador con sus padres y un hermano, situando su residencia inicialmentre en la Provincia de Manabí, de donde partió más adelante a la Provincia de Los Ríos en busca de la "Pepa de Oro", nuestro mundialmente apreciado CACAO. Allí conoció a la bella joven Vinceña Petita Ramírez Olvera, de quien se enamoró profundamente. Se casaron y formaron un maravilloso hogar para toda su vida. 

Fruto del matrimonio nacieron doce hijos: cinco mujeres y siete hombres. De ellos, mi madre fué la penúltima. Ya saben: los tiempos del cacao; ni radio ni periódicos, menos aún la TV que ni se la imaginaba el más brillante genio de la época. La vida en el campo entre el aroma delicioso del cacao y la casita de madera rodeada de árboles de frutos varios, el cacareo de las gallinas y el canto de los gallos, el chirriar de las cigarras al ponerse el sol y el canto de los "dios-te-dé", ave que traía buenos y malos augurios, eran lo más propicio para el amor. Y Octavio y Petita se amaron con toda su alma y trajeron al mundo a su larga descendencia.

Mi vieja, mucho más tarde, se mudó a la ciudade de Guayaquil bajo el cuidado de su hermana mayor, Zoila, quien se había casado y marchado a la "gran ciudad" donde despuntaba una nueva época de progreso y modernidad. Sus principales calles pavimentadas, otras adoquinadas, y la inmensa mayoría aun de tierra apisonada. Ya existía el Tranvía! Moderno medio de transporte sobre rieles e impulsado por energía eléctrica a través de cables ubicados a cierta altura sobre los rieles, a los que se conectaba el vehículo con una palanca, similar a los trenes eléctricos de hoy. Por supuesto aparecieron los primeros vehículos con motores a combustión, los más deslumbrantes los Ford T de fabricación norteamericana. Y claro, no podía faltar el "Campo de Aviación", una pista elemental situada al norte de la ciudad en la que aterrizaban los "Curtis 47" y los "DC-3", modernas naves aéreas que permitieron los incipientes viajes al y del exterior. Y como Guayaquil fué siempre calificado como Puerto al estar asentado a orillas del anchuroso río Guayas, no podían faltar los buques de "gran calado" que llegaban a fondear justo frente a la gran ciudad. En la orilla estaban los embarcaderos para carga y pasajeros, los que se trasladaban a los buques en pequeñas lanchas, y la carga en grandes lanchones.

Pues, tremenda diferencia a los huertos de cacao.

Allí creció y se hizo mujer mi vieja. Diríase que vivió una vida tranquila, apacible. Allí concibió y parió dos hijos. Allí envejeció y conoció lo que es la soledad, la muerte de casi toda su familia, la ausencia de sus hijos.


Sus últimos días los vivió en un pequeño departamento en Sauces 3, donde la cuidaba una persona que amamos mucho: María Elena Macías Alcívar, quien, aunque lleva nuestro apellido, no es familiar, pero como si lo fuera.

Cuando enfermó de gravedad, fué María Elena quien la llevó al hospital, donde falleció el 22 de Enero de 2008, a los 93 años y diez meses.

No pudimos estar allí, con ella, en su último adiós.

Ese es un puñal clavado en medio del corazón que nos acompañará por siempre.

New York, Noviembre 22 de 2020

IVAN


lunes, 2 de noviembre de 2020

 Qué demonios quieren?


Ante el rebrote del Coronavirus en el mundo, los gobiernos deciden nuevo confinamiento, toques de queda, medidas restrictivas que impidan la generalización del contagio y las consiguientes muertes. Cierre de discotecas, bares y otros negocios NO ESENCIALES, y la prohibición de viajar entre provincias, a lo interno, y entre países, a lo internacional.

La derecha, la extrema derecha, reacciona furibunda contra las medidas y acusa a los gobiernos de estar "llevando los países a la quiebra total", y organiza toda clase de movimientos anti medidas, poniendo a parte de la juventud en las calles a "luchar por la libertad"! Hay saqueos, incendios, destrozos, heridos, vandalismo total, y todo al grito de "Libertad! Libertad!"

La gente consciente, la que tiene un mínimo de sentido común se pregunta, libertad para qué? Para que se riegue el virus en la población y se multipliquen por diez... por cien... por mil las víctimas? No veo otra clase de "libertad" a la negativa acción de aquellos jóvenes.

La cosa es sencilla: la ultra derecha ve que las medidas tomadas por los gobiernos tienden a perjudicar al gran capital, a las grandes empresas que ven mermados sus ingresos, y esto no pueden consentirlo. Cómo se les ocurre que se vaya a preferir la salud, la vida del pueblo, a costa de perjudicar sus intereses? Jamás! Que mueran un montón de pobretones inferiores, pero que se preserve el gran capital, las ganancias desmedidas, la acumulación de fortunas, la vida paradisíaca de ellos, los millonarios.

Así que usan la estrategia de la mentira, envenenando a unos cuantos ilusos jóvenes para que salgan a protestar por ellos. Les dicen que el Covid-19 no es algo que afecte a la juventud y que no es mortal como se asegura desde la ciencia y las autoridades; que lo que quieren los gobiernos es aplicar medidas totalitarias para coartar la libertad de movilizarse, de divertirse como ellos quieran, destruyendo así la democracia y el desarrollo de los países. Y estos jovencitos engañados, se lanzan con toda su furia a "luchar contra el gobierno opresor", y se les suman los vándalos que siempre aprovechan de estas ocasiones.

No estoy defendiendo a ningún gobierno de ningún país. Porque hay gobiernos que están aplicando la táctica ultra derechista contra sus propios pueblos, y los hay los que están muy preocupados por los devastadores efectos causados por la pandemia, y de alguna manera tratan de defender a sus pueblos. Pasa en Francia, Italia, España y otros países, y es allí donde se ven las "protestas por la libertad"!

Ante este panorama, provoca sugerir a los gobiernos que reduzcan en una isla a los "protestadores" con todo y sus instigadores, y que allí hagan lo que les dé su regalada gana, pero que no tengan acceso al resto de la población, la que recibirá los cuidados necesarios para ir eliminando esta horrenda pandemia.





Hoy he visto un reportaje en televisión española sobre China y cómo ha dominado al monstruoso virus. Habían dos de sus reporteros asignados a cubrir esta realidad, y da sana envidia enterarse de cómo lo han hacho. Con una población mayor a mil trescientos millones de habitantes, dispusieron las medidas necesarias de confinamiento, de cuidado personal, de inmensa labor sanitaria, y en base a la gran DISCIPLINA del pueblo chino, lograron los resultados que ningún otro país en el mundo ha podido. Hoy se vive una nueva normalidad. En algunas ciudades ya no se usan mascarillas pero sí otros cuidados personales. En otras todavía se usan junto al distanciamiento social, y cada quien sabe lo que debe y cuando hacer. Aún hay casos aislados, los que son tratados de inmediato a la vez que el seguimiento a quienes han estado cerca de los afectados.

Por cierto: China tiene la medicina para tratar el Covid-19 y la vacuna contra éste. Rusia también. Pero como "no son países occidentales democráticos como USA o UK", jamás les pedirán ayuda en la vieja Europa o por este "nuevo" Continente.  

New York, Noviembre 1 de 2020

IVAN

NOTA: las gráficas publicadas con este Blog son solo referenciales. 

EIGHT YEARS NOW, MY BELOVED NILITA

  Hospital staff celebrated Nilita's birthday on April 28, 2016  Eight years have already passed. Eight years! You were about to say goo...