miércoles, 29 de agosto de 2018

Nuestra historia, Parte 3


El comienzo fue un tanto difícil, económicamente hablando. Yo trabajaba únicamente en teatro, por lo que los ingresos eran insuficientes. Nilita tenía su propio consultorio en casa (Oficina Médica se denomina en USA), en su calidad de Gineco-Obstetra, pero su bondad y solidaridad con las pacientes era tal, que lo que cobraba por consultas o tratamientos, inclusive partos, si los cobraba, era ni la cuarta parte de lo que costaban en la época. Así es ella de buena.

En todo caso, nunca estuvimos "con la soga al cuello", como se dice. Salíamos adelante, cubriendo lo indispensable.

Al poco tiempo decidí acudir a una empresa en la que había trabajado antes, a ver si había una vacante, alguna posibilidad de volver. El Gerente, que siempre me tuvo mucho aprecio, me dió la oportunidad de volver con un sueldo aceptable, bastante bueno para el medio. Así mismo tuve la posibilidad de pagar al Banco de la Vivienda el valor total de la casa, lo que ya fue un alivio.

Tiempo después me invitaron a trabajar en otra empresa mucho más grande, con un ingreso muy superior, lo que acepté. La situación había cambiado muy positivamente, por lo que llegamos a vivir holgadamente. Inclusive viajamos un poco, conociendo otros lugares.

La situación cambió radicalmente. Dejé de trabajar para la empresa y me abrí campo con mi propio negocio en la comercialización de camarones en la Provincia de Esmeraldas. Allí rentamos un apartamento que era vivienda y oficina. Viajábamos dos veces al mes, permaneciendo una semana en Esmeraldas y una en Guayaquil, alternadamente. Habíamos adquirido dos vehículos: una camioneta Chevrolet Luv para el trabajo, y un automóvil Chevrolet Corsa para uso personal nuestro.

El negocio era muy bueno y nos permitió ingresar suficiente dinero como para vivir sobre todo, viajar a Miami y a Panamá varias veces, hacerle un aumento a nuestra casa que, de la pequeña casita de 6 X 6 que era, pasó a ser una casa de hormigón armado de dos pisos, muy llamativa por su diseño y acabado.

Así vivimos varios años, disfrutando nuestro amor y nuestra vida juntos, llenos de felicidad, sin problemas de ninguna clase, dando gracias a la vida por darnos tanto y que lo merecíamos porque siempre actuamos honestamente, brindando ayuda a quien la necesitaba, cerca de nuestras familias, y particularmente ayudando a nuestras madres con el gran amor que ello significa. 

Pero.... siempre hay un pero! En la mejor etapa de nuestra vida, cayeron dos catástrofes para nuestro negocio: la epidemia de la "Mancha Blanca" al camarón (White Spot en Inglés), diezmando la producción en cautiverio a un mínimo increíble, encareciendo el producto una barbaridad. Los camaroneros subían los precios de su producto, las empacadoras los bajaban o se negaban a subirlos, volviendo el negocio totalmente negativo. Empezamos a perder mucho dinero, pues mantuvimos a nuestros empleados y el departamento en Esmeraldas por seis meses sin que ganemos un centavo, hasta que no nos quedó más que cerrar el negocio. Y la otra, la peor de la historia de nuestro País: el "feriado" bancario decretado por el gobierno derechista de Mahuad, el congelamiento de los depósitos, y la tristemente célebre "dolarización". Todo el mundo quedó sin circulante (menos los privilegiados que ya sabían lo que iba a pasar por ser parte de la trama y se apuraron en sacar su dinero por millones y depositarlos en Miami y otros lugares), sin efectivo, cayendo muchos en la desesperación y no pocos en el suicidio. Luego vino el "alivio": los CDs (Certificados de Depósito) que entregaban los bancos a quienes teníamos dinero congelado, para que los negociáramos con quien quiera recibirlos. Allí aprovecharon los "financistas" para comprar los papeles en 40 o 50% de su valor (para los afortunados), y para los menos favorecidos, como nosotros, a un 25 o 30%. Así, cuando nosotros sacábamos un CD por mil dólares, por ejemplo, recibíamos 250 o máximo 300 dólares. Pueden imaginar todo lo que perdimos en esa "jugada" de los banqueros, especialmente de Guillermo Lasso y su Banco de Guayaquil que se ganaron una verdadera fortuna comprando los CDs a un valor inferior, porque luego el Estado se los pagó al 100% de su valor nominal.

Y el remate: el dólar se cotizaba en promedio a 5,000 sucres por dólar. Al dolarizar la economía ecuatoriana, se devaluó el sucre en 500%, es decir, un dólar pasó a costar 25,000 sucres! Así, como teníamos también cuentas en sucres, por ejemplo: 50'000,000 representaban 10,000 dólares. Con la dolarización apenas 2,000 dólares. 

Nos quebraron. Nos destrozaron. Lo perdimos todo.

Ya no había nada más que hacer en nuestro País. Así que emigramos a los Estados Unidos a trabajar, a ganarnos la vida como siempre, limpiamente.

Volamos un 16 de Noviembre de 2002. Hasta hoy. Y con más amor que nunca!

IVAN.

domingo, 19 de agosto de 2018

Nuestra Historia, Parte 2





Pues así fué como empezó. Luego vinieron los días de "tanteo", de amagues, de invitaciones a actos culturales, obras de teatro, etc., preparando el terreno para la declaración de amor y en espera de una respuesta positiva.

Como miembro de Alianza Francesa de Guayquil, había formado un pequeño grupo de teatro aficionado, con el aval del Director de la época, Jean Loui Silví, con el que pusimos en escena algunas piezas del mexicano Emilio Carballido que había llevado a Guayaquil Monsieur Silví. Las presentábamos los fines de semana en los salones de la Alianza, y algunas ocasiones en el Salón "Los Candelabros" del Hotel Continental. Como es "natural", Nilita era la invitada especial permanente a todas estas actividades, y poco a poco fué cambiando nuestra relación de amigos a enamorados. Nunca llegué a declararme. Solo tuvimos una conversación en la que le planteé la posibilidad de ser una pareja, e incluso de casarnos y formar un hogar. Ella dijo que debía pensarlo un poco. Seguimos saliendo. Iba a visitarla muy seguido y yo tuve la seguridad de que la respuesta sería un hermoso "SI". Hasta que una noche que me hallaba de visita en su casa, de un momento a otro la abracé y la besé y.... me correspondió!

Eramos novios!

En Septiembre, en una reunión iformal en su casa, estando de visita su mamá que vivía en Portoviejo pero viajaba constantemente a Guayaquil, me lancé al abismo y sin paracaídas:

-Señora Toíta.... cómo le caigo yo?
-Cómo voy a saber cómo me cae, si ni siquiera lo conozco?

No sé si hubo un terremoto o qué, pero el piso se me hundió y a lo único que atiné fué a reír como un bobo.

=Este... sí, yo sé que no me conoce, pero poco a poco irá conociéndome y verá que soy digno de ser novio de Nilita y... de casarme con ella. 
-Casarse?
-Sí, señora Toíta. Estamos enamorados y  queremos casarnos con su bendición.

No sé qué más pasó ese día. Estaba tan aturdido, que ni recuerdo qué dijo la Doña, si aceptó o no, o si me mandó a freír espárragos.

La cosa es que en Octubre ya fijábamos fechas: el Matrimonio Civil sería el lunes 26 de Noviembre en Guayaquil, y el Eclesiástico el lunes 3 de Diciembre en Portoviejo. Lunes? Por qué en Lunes? Ah, pues era el único día libre que tenía, ya que en esos tiempos trabajaba como Actor para las Compañías Manuel de Sabatini, Cecil Villar y Raúl Varela en el Teatro Candilejas, de martes a domingo, en funciones de 6:00 pm, 9:00 pm y Medianoche. Así que teníamos que aprovechar el día libre.

Así pues, a los cuatro meses de habernos conocido, nos casábamos por lo civil en Guayaquil. Franco, mi Testigo, bromeó hasta último momento:

-No te cases, Ivancito. Arrepiéntete!

Todos reímos de buena gana, incluso el "juez de paz" que dirigía la ceremonia. Finalizado el acto, partimos al centro de Guayaquil, al Restaurante May Flower, donde brindamos una comida a nuestros amigos y familiares que nos acompañaron en ese día tan especial para nuestras vidas. Fué algo muy sencillo, humilde, si se quiere, pero desbordando felicidad.

A la semana siguiente, el imborrable día Lunes 3 de Diciembre de 1990, se realizaría la Ceremonia Eclesiástica en Portoviejo, Capital de la Provincia de Manabí de la que es orgullosamente oriunda mi Chiquita, en la Iglesia de La Merced, oficiada por el señor Obispo de la Diócesis, y muy querido amigo de la familia, especialmente de mi Madre Política. Fué una muy hermosa Ceremonia, en la que estuvo presente toda la familia de la Novia y los invitados que viajaron desde Guayaquil, amigos de ella y míos.

Luego la Recepción en casa de Ruchi, hermana de Nilita, donde "botaron la casa por la ventana", como decimos los ecuatorianos. Tremenda comelona, tragos de toda clase, y a bailar hasta que el cuerpo aguante. Fué muy lindo y para recordarlo siempre. Qué manera de divertirnos! Con anécdotas de lo más graciosas incluídas, y las que tocaré en otro espacio.

Es el comienzo de una interminable historia de amor entre dos seres entregados uno al otro, sin condiciones, con respeto y verdaderos sentimientos.

Así pues, para formar un hogar feliz y duradero, no es necesario haber tenido un larguísimo noviazgo ni formalidades y convencionalismos estereotipados. Nosotros nos conocimos el 25 de Julio de 1990 y nos casamos por la Iglesia el 3 de Diciembre de 1990: 132 días en total!

IVAN 

martes, 14 de agosto de 2018

Nuestra historia, Parte I

Allí estaba, en medio de un montón de personas que abandonaban el Auditorio de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guayaquil.

-Ivan, te presento a mi tía...
-Así que usted es "el ogro"?
-Cómo?!
-Jajaja... no, perdone, es una bromita nomás.

Es que cuando le dije la "bromita", abrió totalmente sus bellos y enormes ojos que me clavó en medio de la frente. Por poco me fulmina. Pero gracias a mis capacidades histriónicas supe salir del paso, fuí de lo más gentil y atento con ella, su amiga que la acompañaba, y Rodrigo, su sobrino.

Eran como las 9 de la noche de un 25 de Julio de 1990. Culminaba esa noche el Festival Internacional de Teatro organizado por la Universidad de Guayaquil, con la presentación del Grupo Venezolano con una obra sobre el Libertador Bolívar. Ella, amante del Teatro como es, había asistido al Festival junto a Teresa, su colega y buena amiga, y su sobrino Rodrigo que era mi alumno de Actuación en dicha Universidad.

Superado el "impase" inicial por mi bromita tonta, originada en lo que me había contado Rodrigo sobre la rigidez de su tía en las normas de la casa, pasamos a una charla amena sobre el Festival, sobre nuestras actividades personales, sobre los gustos de cada quien y las coincidencias. Así, en medio de sonrisas y "espero que volvamos a vernos", nos despedimos muy cordialmente. No sé ni sabré nunca lo que ella iría pensando del encuentro, pero yo.... yo sí sé lo que me pasó: esa menuda y bella mujercita con gran personalidad me dejó como loco. Me encantó. Me flechó. Me desarmó.

Nila. Nilita, para quien llega a conocerla bien, a saber toda la dulzura que hay en ella, su sentido humano de la solidaridad y su capacidad de colaborar en todo cuanto sea justo y necesario. Ella es incapaz de medir lo que representa hacer un sacrificio: lo que importa es el resultado favorable a quien lo necesite. Su bondad y desprendimiento no tienen parangón. Así como su firmeza de carácter que le permite salir avante en lo que emprende, sin claudicar. A ratos es hasta un poco dura en sus determinaciones, pero no se la puede reprochar por ello: es su fuerte carácter el que le permite llegar donde ella se propone.

Por supuesto al conocerla no tenía ni idea de que todas estas cualidades formaban esta gran mujer. Pero estoy seguro que de alguna manera afloran en ella y la hacen tan diferente, tan especial. Y por eso quedé impresionado de tal manera que se fijó en mi mente como nunca antes me pasó.

Con el paso de los días comentaba con Rodrigo mis impresiones sobre su tía y el deseo de volverla a ver. Y él estaba muy contento de lo que se veía venir. Con seguridad quería "empatar" a su tía con su profesor de Actuación. Dura misión la que se impuso, no por mi lado, pero por la tía que no quería saber nada de una nueva reunión. Según supe después, él le rogaba que me invitaran a comer en su casa, a lo que ella se nagaba rotundamente.

Si algo le sobró al "flaco" fué perseverancia. Así que al fin convenció a la tía de invitarme a almorzar con ellos. Fui muy emocionado y a la vez con cierta timidez. Ella fué cordialmente indiferente. Yo, con poca capacidad de reacción. A mis cuarenta y algo, parecía un quinceañero "pendejo". Devoré la comida. Un inolvidable caldo de bolas rellenas, delicioso, muy manabita, con harto maní.

Cuando me despedí, agradecí una y otra vez la invitación; alabé lo delicioso que cocinaba y repetí lo gentil que ella había sido. Al salir de su casa sentí que caminaba en el aire. Me declaro, para mis adentros, enamorado de esa bella mujercita. "Y cómo cocina"! "Con ella me caso yo"! 

Esperar impaciente la próxima vez que nos veríamos.

Ivan.

EIGHT YEARS NOW, MY BELOVED NILITA

  Hospital staff celebrated Nilita's birthday on April 28, 2016  Eight years have already passed. Eight years! You were about to say goo...