LA INVITACION

 

Entonces Rodrigo (el "Flaco") continuó su campaña para unir a la tía con el profesor de Teatro.

La campaña consistió en lograr que la tía invite al profesor a un almuerzo en su casa. A raíz de la presentación aquella noche del 25 de Julio, la insistencia en la invitación era a diario, tanto, que ya sacaba de casillas a la bella dama.

ELLA - No molestes, Flaco; ya te he dicho que no.

EL - Pero Nilita, que le cuesta una sola invitación? Sólo sería a un almuerzo. Así lo conocerá mejor y le aseguro que le va a caer muy bien.

ELLA - No. No me interesa conocerlo ni mejor ni peor. Invítalo tú a algún restaurante por allí.

EL - Le prometo que Iván es muy chévere, tiene que conocerlo y tratarlo. Estoy seguro que serán muy buenos amigos.

ELLA - He dicho que no!

Lo mejor de todo es que el "Flaco" se había adelantado a los hechos, y me dijo en más de una ocasión que "uno de estos días te vamos a invitar a comer en casa", lo que me pareció fantástico: allí cambiaría la mala imagen que dejé aquella noche al decirle, estúpidamente, que era el "Ogro" del que me había hablado Rodrigo. Y si en verdad es un "Ogro", ya me encargaría de volverla una tierna palomita.

Y llegó el día! El "Flaco" me dió la gran noticia: "Iván, mañana te esperamos en casa a almorzar". No sé qué cara puse, pero Rodrigo me miró y se largó a reír. Me dió la dirección: Sauces 3, norte de Guayaquil. No se me hizo difícil llegar. No llevé flores ni nada parecido; sólo mi amplia sonrisa (siempre me ha dado buenos frutos) y la mejor cortesía posible. Saludos de rigor, ingreso a la salita, sentarnos, ahondar un poco en las actividades de cada quien, agradecimiento por la gentil atención, y ahora sí un relajamiento total de tensiones pasadas, risas, miradas, risas.

EL - Bueno, Iván, vas a probar la más deliciosa comida manabita que hayas probado jamás. Nilita cocina muy rico; ya verás.

ELLA - No exageres, Rodrigo. A lo mejor él se va a decepcionar después que la pruebe. 

YO - No lo creo. La mujer manabita tiene fama de ser excelente cocinera a más de ser la más bella del Ecuador. (Bingo!)

ELLA - Gracias. Bueno, pase por favor.

Lo hicimos. Mientras degustábamos la preparación, un super delicioso inigualable Caldo de Bolas Rellenas, dialogamos de todo un poco, nuevas risas, anécdotas, y por supuesto, mis alabanzas a la comida manabita realmente deliciosa.

En la sobremesa ya tratamos asuntos más serios, más importantes, y aproveché la oportunidad para invitarla a salir, a ir al Teatro, a pasear. No dijo un rotundo "NO", pero tampoco es que haya aceptado "de one", como decimos los guayacos. Me dejó entender que lo pensaría, que ya hablaríamos en otra ocasión. (Bingo!)

Nos despedimos. Nilita y Rodrigo quedaron en casa. Yo salí por la peatonal rumbo a la avenida a tomar un bus para ir al centro.

Mientras caminaba por la angosta peatonal, me dije para mí:

YO - Diablos! Con esta mujer me caso yo!

New York, Agosto 14, 2020

IVAN