En el argot popular, decir "me has visto la cara?" tiene tanta significación, particularmente cuando se refiere a quien trata de engañarlo a uno, de meterle gato por liebre, de minimizarlo, o simplemente, de verle la cara de pendejo.
Por supuesto, el agredido considera que no es pendejo, aunque su cara lo diga, o al menos el otro lo crea.
Pero se diga lo que se diga, la verdad es que a todos nos ha tocado el momento en que nos han visto la cara de pendejos, la tengamos o no. Hay gente que sabe muy bien quién y cómo eres, pero abusando de tu bondad, de tu sencillés, te la ve.
A mí me la han visto muchas veces y en varias circunstancias: desde la vida privada hasta el teatro, pasando por negocios, trabajo, vida social, etc. El problema creo que consiste en ser demasiado condescendiente, en creer que la gente es buena per se, en que si yo soy incapaz de hacerle un mal a nadie, tampoco me lo van a hacer.
Y de eso se han aprovechado algunos; muchos, diría mejor.
Por ejemplo, en un trabajo que tuve en Guayaquil donde demostré mi capacidad como gerente de planta, ganándome el aprecio de mi jefe inmediato, el Gerente General, hubo un resentido porque ya no era más el preferido del jefe; se acercó a mí, me preguntó cómo me iba con el personal, le dije que bien, que estaba tratando de mejorar su situación a través de mi jefe, consiguiendo ciertas mejoras como uniformes, equipos de seguridad, etc.; pues bien, el comedido ex peferido fué a hablar con el Presidente de la Compañía y le dijo que yo estaba formando un sindicato, y que muy pronto tendría una huelga. Que tal! Por supuesto el Presidente le ordenó al Gerente General que me despidiera, lo que ocurrió a pesar de los argumentos de mi jefe.
Hubo una dama que conocí hace un montón de años. Era casada, pero se mostró interesada en mi humilde persona. No sé qué cara le mostraría yo, pues me enamoré "hasta las patas", así que supuestamente fuimos pareja hasta que se divorció. Yo feliz, pensé que lo nuestro sería para toda la vida. Y qué creen? Me la vió! La cara, digo. Todo terminó, me utilizó, y se fué con un tercero en discordia.
Cierta vez me propusieron dirigir el montaje de una obra de argumento gay. La leí, la analicé, encontré que era muy difícil ya que sus personajes representaban prototipos, individualidades inconexas, que cada quien vivía su propia realidad, por lo que hablaban sin comunicarse. Consideré que se requería un elenco de excelentes actores, y que era perfectamente capaz de realizar el montaje o puesta en escena. La cosa es que la producción llegó a la conclusión de que yo no le servía por causas semánticas. Y eso que al proponerme la dirección se me dijo lo excelente director que era yo. Perdí mi tiempo estúpidamente, y un pedacito de prestigio. Me la vieron otra vez. La cara, pues!
Me han invitado a participar en agrupaciones y organizaciones, supuestamente por mi capacidad de organización y honorabilidad probada, prometiéndome que haría tales y cuales funciones, pero... pasó el tiempo y nada ocurrió. Fueron una vez más tomaduras de pelo, o mejor dicho, me vieron la cara.
A estas alturas de mi vida, ya debería ser lo bastante suspicaz para no dejarme ver la cara, así que he decidido que ya es suficiente, que no me presto para ninguna nueva payasada, que bien estoy en casa junto a mi adoración, mi esposa, una de las pocas personas (quizás la única?) que me ama de verdad, que me considera, que cree en mí sin pretender sacar ningún provecho. Y ustedes, las dos o tres personas que lean mi Blog, pilas! A no dejarse ver la cara. Abrazos!
IVAN.
Imagen: Tomada de mi colección de fotos del Museo Metropolitano de Arte Moderno.
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