Así pues, este país, caracterizado por su defensa a ultranza de los derechos humanos, casi que ha abierto de par en par sus puertas, (llamémoslas fronteras), permitiendo el ingreso de decenas de miles (o centenas de miles) de aquellos. El paso principal se está dando por el Estado de Texas, el que se caracteriza por tener muy poca simpatía por los migrantes, ocasionando graves problemas a éstos, y muchos dolores de cabeza para el Gobernador y demás autoridades texanas.
Así que, el señor Gobernador, resolvió, muy a su estilo, "exportar" migrantres a los estados y/o ciudades conocidos como "santuarios", entre ellas, Nueva York.
¿Qué hacer con semejante cantidad de gente arribada súbitamente a la ciudad? Como se trata de solicitantes de "asilo político", y puede decirse que aprobados por el Gobierno, Nueva York y sus autoridades tienen que vérselas para asilar a los recién llegados y concederles lo que solicitan (o exigen): vivienda, permiso de trabajo, alimentación, seguro de salud, etc.
Comprensible todo aquello. Se trata de seres humanos que han venido padeciendo situaciones inenarrables en su larga travesía hasta la ansiada libertad y oportunidades de una nueva y productiva vida.
Las autoridades están haciendo todo lo posible por cumplir, a pesar de lo cual hay quejas y protestas de los migrantes.
Para complicar las cosas, llegaron las fechas de fin de año en las que la gente está más susceptible que nunca, junto a un clima inclemente que está congelando a los neoyorquinos. Esto aumentó las preocupaciones de Mr. Adams y sus concejales, procurando dar a los recién llegados algo de alivio en esta Navidad.
Se dice que en Estados Unidos hay algo más de once millones de inmigrantes indocumentados, quienes viven en este país por muchos años, "en la oscuridad", sin ninguna clase de derechos ni oportunidades para progresar. No se sabe con exactitud cuántos de ellos viven en Nueva York, pero estudios de la Fundación Warren hablan de unos 460,000 a la fecha.
Si bien es cierto que el Estado de Nueva York ha creado muchos programas de ayuda a los indocumentados, especialmente en salud y educación, también es verdad que no existe posibilidad alguna de otorgarles la regularización, o al menos, permisos de trabajo, ya que esta es competencia del Gobierno Federal. Y por tanto, hay gente que ha vivido aquí cinco, diez, quince, y hasta veinte años sin esperanza de obtener "papeles". Así que, la Navidad que se desea dar a los recién llegados, ni por asomo les llegará a los que tienen tantos años viviendo aquí.
Nueva York, Diciembre 25, 2022
Leonardo (Ivan) Argudo
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