lunes, 18 de marzo de 2019

Por qué va la gente al Teatro?




Yo diría que el primero es porque le gusta, porque siente la necesidad de asistir a ver en persona actores representando diversos roles, así como hay quienes no pueden vivir si no van al fútbol, por ejemplo. Lo que se considera "afición" a tal o cual actividad.

A mí me pasó siendo muy joven. Asistí a una función teatral en la Casa de la Cultura en Guayaquil; presentaban "Calígula" y actuaban Isabel Martínez y Antonio Santos. Fué tan buena la presentación que me dije "no me perderé las próximas obras". Y así lo hice. Cada que me enteraba que se presentaba una obra de Teatro yo estaba entre el público.

Esto fué mucho antes de que alguien me invitara a la Escuela de Teatro de la Casa de la Cultrura, a la que ingresé en mayo de 1969. Fué muy exitante para mí conocer a los actores que había visto en escena, ser su amigo, dialogar con ellos. Era un mundo diferente, alucinante, cautivador, lo que duplicó en mí la afición por el Teatro. 

Por supuesto que no todo el mundo ha pasado por situaciones como la mía: cada quien tuvo su primera experiencia teatral y decidió quedarse allí, como aficionado.

Entonces, la primera razón por la que la gente va al Teatro, es porque le gusta, porque lo disfruta, porque lo sientre como una necesidad espiritual.

Ahora bien. Hay un par de componentes adicionales que te motivan a ir. Uno porque conoces la obra o al autor y sabes que su contenido será muy interesante. Otro porque conoces al elenco, al director, y sabes de su calidad interpretativa que te brindará un momento inolvidable. Y si no conoces la obra o al autor, sabes que el elenco siempre presenta teatro de calidad.



Existe el otro público, el ocasional, el flotante, el que va por cumplir con amigos o grupos barriales, de estudios o trabajo; por "quedar bien" o por "apoyar". Por lo general no tiene criterio teatral, formación como público selecto; va, se ríe, conversa con el de al lado, aplaude, dice al amigo que "eres lo máximo, hermano" y se va a su casa sin la menor idea de lo que vió. No volverá hasta que tenga otro "compromiso" o le pidan "apoyo". 

Entonces, cuál es la tarea fundamental de quienes practican el Arte de la Representación? Crear público presentando buen teatro, obras de calidad y contenido, con elencos formados y muy capacitados, capaces de "llegar" al público, de ser creíbles, de cautivarlo con actuaciones inolvidables. Con ello, ese público, "su" público, irá creciendo y le será fiel. Lo otro, presentar cualquier cosa, es solo relleno, es darle un aperitivo al ego, y será siempre intrascendente. Jamás tendrá un público permanente; solo los ocasionales, los del compromiso o del apoyo. Y lo que es peor: si llega por allí un público amante del Teatro, conocedor, no volverá jamás por la mala experiencia vivida.

Con mi Teatro Vanguardia USA hice todo lo posible por cumplir con lo descrito en el párrafo anterior: obras de excelente calidad, magníficos elencos, seriedad, respeto y profesionalismo total en las siete producciones realizadas en los cuatro años que existió. Empezamos con menos de diez personas en las primeras presentaciones, pero se regó la voz y nuestro público fué creciendo. En las últimas temporadas tuvimos sala llena varias veces. Lastimosamente no tuvimos la colaboración de ninguna sala "grande" como para hacer co-producciones, y la renta era inalcanzable. Las temporadas en Producer's, aún con llenos, apenas cubrían rentas de sala y estudios de ensayos, y sueldos de actores, técnicos y demás. Esto, unido a la mala fe de gente envidiosa que nos hacía campañas negativas, agotó nuestros recursos y tuvimos que cerrar definitivamente. 

IVAN

Las gráficas que acompañan esta publicación corresponden a la Obra "EL BARCO EBRIO", de Jorge Dávila Vázquez, ganadora de varios premios ACE y HOLA.

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