De familia longeva. Muy raro ha sido el miembro de la familia que no haya llegado a los 90 años de vida. Mi madre, Mary Hermelinda Macías Ramírez, nació en Vinces, Los Ríos, Ecuador, un 22 de Marzo de 1914. Hija del matrimonio entre Octavio Macías de la Serna y Petita Ramírez Olvera. El, joven ciudadano Español que había migrado a Ecuador con sus padres y un hermano, situando su residencia inicialmentre en la Provincia de Manabí, de donde partió más adelante a la Provincia de Los Ríos en busca de la "Pepa de Oro", nuestro mundialmente apreciado CACAO. Allí conoció a la bella joven Vinceña Petita Ramírez Olvera, de quien se enamoró profundamente. Se casaron y formaron un maravilloso hogar para toda su vida.
Fruto del matrimonio nacieron doce hijos: cinco mujeres y siete hombres. De ellos, mi madre fué la penúltima. Ya saben: los tiempos del cacao; ni radio ni periódicos, menos aún la TV que ni se la imaginaba el más brillante genio de la época. La vida en el campo entre el aroma delicioso del cacao y la casita de madera rodeada de árboles de frutos varios, el cacareo de las gallinas y el canto de los gallos, el chirriar de las cigarras al ponerse el sol y el canto de los "dios-te-dé", ave que traía buenos y malos augurios, eran lo más propicio para el amor. Y Octavio y Petita se amaron con toda su alma y trajeron al mundo a su larga descendencia.
Mi vieja, mucho más tarde, se mudó a la ciudade de Guayaquil bajo el cuidado de su hermana mayor, Zoila, quien se había casado y marchado a la "gran ciudad" donde despuntaba una nueva época de progreso y modernidad. Sus principales calles pavimentadas, otras adoquinadas, y la inmensa mayoría aun de tierra apisonada. Ya existía el Tranvía! Moderno medio de transporte sobre rieles e impulsado por energía eléctrica a través de cables ubicados a cierta altura sobre los rieles, a los que se conectaba el vehículo con una palanca, similar a los trenes eléctricos de hoy. Por supuesto aparecieron los primeros vehículos con motores a combustión, los más deslumbrantes los Ford T de fabricación norteamericana. Y claro, no podía faltar el "Campo de Aviación", una pista elemental situada al norte de la ciudad en la que aterrizaban los "Curtis 47" y los "DC-3", modernas naves aéreas que permitieron los incipientes viajes al y del exterior. Y como Guayaquil fué siempre calificado como Puerto al estar asentado a orillas del anchuroso río Guayas, no podían faltar los buques de "gran calado" que llegaban a fondear justo frente a la gran ciudad. En la orilla estaban los embarcaderos para carga y pasajeros, los que se trasladaban a los buques en pequeñas lanchas, y la carga en grandes lanchones.
Pues, tremenda diferencia a los huertos de cacao.
Allí creció y se hizo mujer mi vieja. Diríase que vivió una vida tranquila, apacible. Allí concibió y parió dos hijos. Allí envejeció y conoció lo que es la soledad, la muerte de casi toda su familia, la ausencia de sus hijos.
Sus últimos días los vivió en un pequeño departamento en Sauces 3, donde la cuidaba una persona que amamos mucho: María Elena Macías Alcívar, quien, aunque lleva nuestro apellido, no es familiar, pero como si lo fuera.
Cuando enfermó de gravedad, fué María Elena quien la llevó al hospital, donde falleció el 22 de Enero de 2008, a los 93 años y diez meses.
No pudimos estar allí, con ella, en su último adiós.
Ese es un puñal clavado en medio del corazón que nos acompañará por siempre.
New York, Noviembre 22 de 2020
IVAN
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