EIGHT YEARS NOW, MY BELOVED NILITA

 

Hospital staff celebrated Nilita's birthday on April 28, 2016 

Eight years have already passed. Eight years! You were about to say goodbye to us forever. Anguish had taken hold of us, more specifically, me, because there was no quick and true solution to save your life. What they told us in the Hospital was "you have to wait; maybe a liver will appear for you." But he did not appear, and on more than one occasion they discharged you, sent you home to "wait," and that you were better off at home than in the hospital, where you ran the risk of a serious infection.

That Friday, May 13, 2016, you had been discharged. The usual speech: "Wait at home; it will be better there." The departure was after doing Dialysis in the morning. But this didn't happen in the morning... nor in the afternoon... maybe it would be at night. That cut short your departure, because on the weekend, and especially at night, no patient can leave the hospital.

Dialysis was about to end, when a group of doctors, nurses and others arrived at the unit, urging them to disconnect you because they had to take you. That's how it went. On the way a nurse asked you "do you know where we are going?" You replied, "Yes, to Nine Center," which was the area where your room was.

"No, let's go to the operating room," the nurse said. You, scared, asked why? Is something wrong with me?

"We are going to transplant you... we found a liver for you."

At midnight the very complicated intervention began.

At six in the morning on Saturday, May 14, 2016, you were reborn. That liver that saved your life is the one donated by that wonderful boy who went to Eternity the night before, Owen Muller.

Your rebirth was - and is - the enormous joy for those of us who love you, for those who adore you beyond Eternity, your Ivan, your Leonardo, me.

Here we are. Here we continue as always. Both. But now with a family that we adore and that loves us, the Mullers.

New York, 05-14-2024

Leonardo (Ivan) Argudo

OCHO AÑOS YA, MI ADORADA CHIQUITA

Nilita, recibió el cariño del personal del hospital en su cumpleaños, 04-28-2016

 

Ocho años han transcurrido ya. ¡Ocho años! Estuviste a punto de  decirnos adiós para siempre. La angustia había hecho presa de nosotros, más concretamente, de mí, porque no aparecía una solución pronta y verdadera para salvarte la vida. Lo que nos decían en el Hospital era "hay que esperar; tal vez aparezca un hígado para usted". Pero éste no aparecía, y en más de una ocasión te dieron "el alta", te enviaron a casa a "esperar", que en casa estabas mejor que en el hospital, donde corrías riesgo de una grave infección.

Aquel viernes 13 de mayo de 2016 te habían dado el alta. El discurso de siempre: "Espere en casa; allí va a estar mejor". La salida era después de hacerte la Diálisis en la mañana. Pero esta no se dió en la mañana... tampoco en la tarde... tal vez sería a la noche. Eso truncó tu salida, porque en fin de semana, y menos en la noche, ningún paciente puede salir del hospital.

Estaba por finalizar la Diálisis, cuando llegó a la unidad un grupo de médicos, enfermeras y demás, urgiendo te desconecten porque tenían que llevarte. Así fué. En el camino te preguntó una enfermera "¿sabes a dónde vamos?" Tú respondiste: "Sí, a Nine Center", que era el área donde estaba tu habitación.

"No, vamos a quirófano", dijo la enfermera. Tú, asustada, preguntaste ¿por qué?, ¿me pasa algo?

"Te vamos a trasplantar... encontramos un hígado para tí".

A la media noche empezó la muy complicada intervención.

A las seis de la mañana del sábado 14 de mayo de 2016, habías vuelto a nacer. Ese hígado que salvó tu vida, es el que donó ese maravilloso muchacho que partió a la Eternidad la noche anterior, Owen Muller.        

Tu renacer fué -y es- la enorme alegría para quienes te amamos, para quien te adora hasta más allá de la Eternidad, tu Ivan, tu Leonardo, yo.

Aquí estamos. Aquí seguimos como siempre. Los dos. Pero ahora con una familia que adoramos y que nos ama, los Muller. 

New York, 05-14-2024

Leonardo (Ivan) Argudo

HASTA SIEMPRE, OWEN

 

Hoy hacen ya ocho años que nos dejó nuestro Héroe, Owen Muller, aquél joven  alegre, sincero, amoroso hijo, hermano, sobrino, primo de una familia extraordinaria, amigo como muy pocos, caritativo y capaz de ayudar a cualquier persona que se encuentre en apuros.

Su capacidad de servir a los demás, quedó plasmada en un gesto que muy pocos jóveners son capaces de realizar: inscribirse como DONADOR  de órganos en el Estado de Nueva York. Por supuesto que él no estaría pensando en marcharse tan pronto. Había toda una vida por delante, en la que servir a los demás sería su destino, dar todo el amor posible a su adorada madre, a su hermanita menor, a su familia, a quien lo mereciera.

No tuvimos la oportunidad de conocerlo. Lo que sabemos de él, es a través de relatos de su madre, de sus familiares, de amigos suyos y de la familia. Su corta vida causó tanta felicidad a quienes lo rodeaban, porque su alegría era contagiosa, su forma de ser, su capacidad de darse a los demás, sus modales de un caballero a carta cabal, su don de deportista, en fin, todo él un dechado de virtudes.

Mas, la vida es así. Hay momentos en que nos golpea cruelmente, y nos arrebata lo que más queremos, lo que amamos profundamente.

Es lo que sucedió con la familia Muller. De un momento a otro, Owen cayó muy grave en un hospital. Los médicos hicieron hasta lo imposible por salvarle la vida, pero no fue posible. Le declararon muerte cerebral. No había  ya ninguna posibilidad. 

Siendo un donador de órganos, los médicos consultaron a su madre si autorizaba desconectarlo de las máquinas que lo mantenían con "vida". Fué un momento muy duro y difícil para ella. ¡Que terrible decisión para una madre!

Ella, Jane, se armó de valor para autorizar se cumpla la palabra de Owen. Lo desconectaron, y se marchó a la paz eterna al anochecer de aquél viernes 13 de mayo de 2016.

Te recordaremos y amaremos por siempre, Owen del alma.

New York, Mayo 13 de 2024

Leonardo (Ivan) Argudo.  

      

UNTIL FOREVER, OWEN

 

Owen Muller

Today it has been eight years since our Hero, Owen Muller, that young, cheerful, sincere, loving son, brother, nephew, cousin from an extraordinary family, left us. Friend like very few others, charitable and capable of helping anyone who finds themselves in trouble.

His ability to serve others was captured in a gesture that very few young people are capable of: registering as an organ DONOR in the State of New York. Of course he wouldn't be thinking of leaving so soon. There was a whole life ahead of him, in which serving others would be his destiny, giving all the love possible to his beloved mother, to his little sister, to his family, to whoever he deserved it. .

We didn't have the opportunity to meet him. What we know about him is through stories from his mother, his relatives, his friends and his family. His short life caused so much happiness to those around him, because his joy was contagious, his way of being, his ability to give of himself to others, his manners of a true gentleman, his gift as an athlete, in short, he is all a paragon of virtues.

But, life is like that. There are times when it hits us cruelly, and takes from us what we love most, what we love deeply.

This is what happened with the Muller family. From one moment to the next, Owen fell into a very serious condition in a hospital. The doctors did everything possible to save his life, but it was not possible. They declared him brain dead. There was no chance.

Being an organ donor, doctors asked his mother if she authorized disconnecting him from the devices that kept him "alive." It was a very hard and difficult moment for her. What a terrible decision for a mother!

She, Jane, mustered up the courage to authorize Owen's word to be fulfilled. They disconnected him, and he left for eternal peace at dusk on that Friday, May 13, 2016.

We will remember and love you forever, Owen of the soul.

New York, May 13, 2024

Leonardo (Ivan) Argudo.