Ocho años han transcurrido ya. ¡Ocho años! Estuviste a punto de decirnos adiós para siempre. La angustia había hecho presa de nosotros, más concretamente, de mí, porque no aparecía una solución pronta y verdadera para salvarte la vida. Lo que nos decían en el Hospital era "hay que esperar; tal vez aparezca un hígado para usted". Pero éste no aparecía, y en más de una ocasión te dieron "el alta", te enviaron a casa a "esperar", que en casa estabas mejor que en el hospital, donde corrías riesgo de una grave infección.
Aquel viernes 13 de mayo de 2016 te habían dado el alta. El discurso de siempre: "Espere en casa; allí va a estar mejor". La salida era después de hacerte la Diálisis en la mañana. Pero esta no se dió en la mañana... tampoco en la tarde... tal vez sería a la noche. Eso truncó tu salida, porque en fin de semana, y menos en la noche, ningún paciente puede salir del hospital.
Estaba por finalizar la Diálisis, cuando llegó a la unidad un grupo de médicos, enfermeras y demás, urgiendo te desconecten porque tenían que llevarte. Así fué. En el camino te preguntó una enfermera "¿sabes a dónde vamos?" Tú respondiste: "Sí, a Nine Center", que era el área donde estaba tu habitación.
"No, vamos a quirófano", dijo la enfermera. Tú, asustada, preguntaste ¿por qué?, ¿me pasa algo?
"Te vamos a trasplantar... encontramos un hígado para tí".
A la media noche empezó la muy complicada intervención.
A las seis de la mañana del sábado 14 de mayo de 2016, habías vuelto a nacer. Ese hígado que salvó tu vida, es el que donó ese maravilloso muchacho que partió a la Eternidad la noche anterior, Owen Muller.
Tu renacer fué -y es- la enorme alegría para quienes te amamos, para quien te adora hasta más allá de la Eternidad, tu Ivan, tu Leonardo, yo.
Aquí estamos. Aquí seguimos como siempre. Los dos. Pero ahora con una familia que adoramos y que nos ama, los Muller.
New York, 05-14-2024
Leonardo (Ivan) Argudo
Gracias a Dios por el regalo de Owen 💕
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