Hoy hacen ya ocho años que nos dejó nuestro Héroe, Owen Muller, aquél joven alegre, sincero, amoroso hijo, hermano, sobrino, primo de una familia extraordinaria, amigo como muy pocos, caritativo y capaz de ayudar a cualquier persona que se encuentre en apuros.
Su capacidad de servir a los demás, quedó plasmada en un gesto que muy pocos jóveners son capaces de realizar: inscribirse como DONADOR de órganos en el Estado de Nueva York. Por supuesto que él no estaría pensando en marcharse tan pronto. Había toda una vida por delante, en la que servir a los demás sería su destino, dar todo el amor posible a su adorada madre, a su hermanita menor, a su familia, a quien lo mereciera.
No tuvimos la oportunidad de conocerlo. Lo que sabemos de él, es a través de relatos de su madre, de sus familiares, de amigos suyos y de la familia. Su corta vida causó tanta felicidad a quienes lo rodeaban, porque su alegría era contagiosa, su forma de ser, su capacidad de darse a los demás, sus modales de un caballero a carta cabal, su don de deportista, en fin, todo él un dechado de virtudes.
Mas, la vida es así. Hay momentos en que nos golpea cruelmente, y nos arrebata lo que más queremos, lo que amamos profundamente.
Es lo que sucedió con la familia Muller. De un momento a otro, Owen cayó muy grave en un hospital. Los médicos hicieron hasta lo imposible por salvarle la vida, pero no fue posible. Le declararon muerte cerebral. No había ya ninguna posibilidad.
Siendo un donador de órganos, los médicos consultaron a su madre si autorizaba desconectarlo de las máquinas que lo mantenían con "vida". Fué un momento muy duro y difícil para ella. ¡Que terrible decisión para una madre!
Ella, Jane, se armó de valor para autorizar se cumpla la palabra de Owen. Lo desconectaron, y se marchó a la paz eterna al anochecer de aquél viernes 13 de mayo de 2016.
Te recordaremos y amaremos por siempre, Owen del alma.
New York, Mayo 13 de 2024
Leonardo (Ivan) Argudo.
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